¿Te has preguntado alguna vez cómo conseguimos en el aula que nuestros alumnos se sigan esforzado a pesar de haber tenido algún pequeño contratiempo?
Lo primero es NO BUSCAR CULPABLES, lo segundo es no hacer nada (o casi nada) por por el niño que pueda hacer por sí mismo y SIEMPRE, SIEMPRE DAR ÁNIMO y sobre todo hacerle ver que creemos en ellos.
El motivo es que si se cree capaz de llevar a cabo la tarea se esforzará más
y esto ¿por qué pasa?
Las emociones juegan un papel decisivo en el aprendizaje, ya que se encuentran en la base de la motivación, y ésta se entre otras cuestiones se ve determinada por las creencias del estudiante.
Esto se relaciona el efecto Pigmalión y con la profecía auto-cumplida, ya que si el alumno se cree capaz de llevar a cabo la tarea se esforzará más, mientras que por el contrario si no se siente capacitado fracasará.
En el siguiente vídeo te contamos cómo lo hacemos en el aula y cómo puedes usar estos mismos consejos también en casa.
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