Herramientas para enseñar a pensar
Mira la
imagen y contesta a la pregunta: ¿Cuál de las dos líneas rectas es más larga?
Si has respondido
que la segunda, te has equivocado, ya que ambas son iguales. Si aún dudas de
que esa sea la repuesta correcta, puedes medirlas para comprobarlo
¿Y esto por qué ha pasado?
El motivo es que
nuestro cerebro está acostumbrado a pensar rápido y busca trucos o atajos que le
ayuden a evitar hacer el esfuerzo de pararse a pensar lento.
La razón de que a nuestra mente y, por descontado, a la de nuestros alumnos, no le guste gastar energía y busque esos atajos mentales, es que eso nos permite manejar la gran cantidad de información a la que nos enfrentamos cada día con pequeños “trucos”. Esos atajos de la mente, nos resultan muy útiles a todos nosotros y en general nos hacen la vida más fácil, sin necesidad de hacer un análisis en profundad y con detalle de la información, encontrando soluciones rápidas y eficaces a los problemas que se nos plantean. La cuestión es que nuestra mente evita el esfuerzo que implica hacer un análisis profundo y concienzudo de la situación y muchas veces tomamos decisiones erróneas de forma rápida.
¿Cómo piensan nuestros alumnos?
En el aula pasa lo mismo y
nuestros alumnos escogen en muchas ocasiones la vía más fácil haciendo un
procesamiento superficial o simplemente dando una respuesta rápida antes que
una lenta, en la que haya que hacer un esfuerzo por analizar los datos. Y qué
decir de la energía que implica atender, con lo fácil que resulta dejarse
llevar por el ruido del pasillo o por ese compañero que está siempre hablando.
Por eso, nuestra labor debería ser descubrir esas barreras que están dificultando el aprendizaje, para aprender a pensar lento.
Estrategias para aprender a pensar lento
Qué duda cabe, como decía Seneca, que tener una
buena tierra no implica tener una buena cosecha, y tener una alta inteligencia
o unas buenas habilidades cognitivas no siempre implican que sepamos usar lo
que tenemos. De ahí que sea de vital importancia enseñar a pensar de forma
reflexiva analizando los procesos involucrados.
Enseñar a pensar, por lo tanto, implica ayudar a hacer
visible lo que pasa por nuestra mente mientras se lleva a cabo una actividad,
es decir, mientras se piensa en cómo hacerla, porque el visibilizar los pasos
que se han de seguir ayuda a controlar los procesos y evita, no sólo que se
siga un proceso equivocado, sino que se dé una respuesta antes de pararse a
pensar cómo lo vamos a hacer.
Dos son las fases que usamos para visibilizar los procesos de pensamiento al resolver un problema:
1. Recoger en un soporte visual lo que pensamos y
plasmarlo en un organizador (tabla, esquema…)
2. Recoger en una lista los pasos a seguir.
Para entender mejor estas estrategias de aprendizaje, nuestros alumnos te explican en un video como han integrado esta técnica dentro de las actividades llevadas a cabo para aprender el pasado de los verbos básicos en inglés.
Muy interesante...gracias María por enseñar a aprender a nuestros niñ@s.
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